Hace mucho que no escribo en mi
blog por falta de tiempo. Me siento inmersa en una vorágine de tareas, actividades
con mis hijas, labores de hogar… que cuando me acuesto por la noche no descanso
realmente. Podría decirse que descansa mi cuerpo, pero no mi mente, ya que
empiezo a darle vueltas a la cabeza sobre lo que tengo que hacer al día
siguiente, dejar sus ropitas preparadas, pensar las cosas que tengo que comprar, organizar
el día para dejar a las niñas con los abuelos, con las titas, que no se me
olvide nada…
Así va pasando el tiempo, pasa un
día, otro, transcurre una semana, un mes… y apenas me doy cuenta.
Mi hija pequeña ya va a cumplir
un año!!! Cómo pasa el tiempo. Es increíble, me paro a pensar en ella meses
atrás y lo visualizo tan pero tan lejano!!! Es una pena que esos momentos en
que tenía un mes, tres, cinco, nueve meses… no volverán nunca más. Ya los viví,
ya pasaron, se esfumaron, que pena tan grande, no volveré a verla así tan chiquitita.
La primera vez que probó la fruta, una galleta, sus primeros pasos… cosas que
parecen insignificantes pero que con el paso del tiempo recobran mucha importancia.
Hay que intentar vivir cada
momento, cada instante a tope, aprovechando cada minuto, cada segundo como si
fuese el último que vivieras.
Cuando somos niños queremos ser
mayores. Cuando tenemos 15 años queremos tener 18, pero cuando llegas a la
mayoría de edad, quieres tener 25… y así sucesivamente hasta que llegas a los
30, que quieres volver a ser niña de nuevo, jajaja.
Hay un cortometraje precioso de
Ismael Curbelo titulado Las esperas que os invito a que lo veáis porque realmente merece la pena. www.youtube.com/watch?v=mB4ItrJIdig
Así que recordad amigos, cada minuto que pasa es único e irrepetible, aprovéchenlo, porque no volverá jamás. ¡Hasta pronto!!!