lunes, 23 de agosto de 2010

Pronto....Septiembre.


Se va acercando el ansiado mes de septiembre, y con él, el olor a nardo que augura el cercano ya 8 de septiembre, el olor a libro de texto, lápices... que augura la próxima llegada del cole, la nueva programación televisiva, la nueva moda otoño-invierno, y la estación más deseada tras el verano tan extremadamente caluroso que hemos atravesado: el otoño.
La vuelta del periodo vacacional supone para todos un duro cambio al que nos cuesta adaptarnos. El periodo de relax y libertad da paso a la normalidad, a las obligaciones, los horarios, la pérdida de esos kilillos de más... al fin y al cabo, a la vuelta a la rutina. Aunque en un primer momento esa rutina se nos hace cuesta arriba, en cierto modo la necesitamos.
Poco queda ya para emprender el camino por este nuevo periodo.
¡Aprovechemos!!!

lunes, 9 de agosto de 2010

¿Qué pasará mañana?


Ahora mismo me encuentro inmersa en una gran duda. Quizás en otros tiempos, en esta época veraniega mi gran duda hubiese sido elegir si tomarme un helado de stracciatela o de menta-choc, o si ponerme un bikini liso o estampado, pero ahora no es así.
En breve, he de firmar una prórroga de la excedencia que pedí en mi trabajo, o finalizarla para incorporarme a finales del verano, o bien, despedirme voluntariamente de Zara para siempre.
Tiemblan mis manos, no sé qué elegir.
¿Cómo me siento? Estoy aturdida.
Por un lado, tengo ganas de ser otra persona, ganas de emprender el vuelo en otra tierra, de despejarme, de mirar otro cielo, otra luna, de probar otros sabores, de oir otros sones... algo difícilmente realizable.
Por otra parte, tengo miedo a tomar una desición equivocada, y que no pueda dar marcha atrás, sobre todo, por lo mal que está el trabajo en estos tiempos que corren, y la incertidumbre que nos acecha a todos sobre el futuro de nuestro país.
Tengo unas ganas terribles de correr, pero sin moverme, un "correr estático" (siempre he sido un tanto perezosa, ja, ja, ja...), ganas de escapar de mí, de deshacerme de mí misma, en parte, para no tener decisiones importantes que tomar.
En realidad no creo nada de lo que esoy diciendo, no me creo, ninguno de mis argumentos me convencen, ya no sé si me estoy mintiendo a mí misma, o sólo estoy diciendo la verdad inaceptable.
Cierro los ojos y el ruido de mi cabeza no se calla, el ruido en mi cabeza me duele, me agobia, me exprime, pasa el tiempo, el tiempo pasa, pasa cada vez más rápido, cada vez duele más, más, más... este revoltijo de sentimientos, de ideas, de gritos, de sensaciones... no se calla, no hay silencio!!!
Puse toda mi carne en el asador, pensando que saldría hecha, pero cuál fue mi sorpresa cuando salió a medio hacer, un poco cruda. Al aprobar sin plaza es como ser o no ser, como estar o no estar, no es ni un sí, ni un no, un tal vez, un quizás. Lo que está claro es que debo sentirme orgullosa, pues en realidad he ganado la batalla, aunque no la guerra, pues no he quedado en la posición deseada. Ahora sólo queda esperar, tal vez, en estos momentos, parezca que mis problemas son muy grandes y que son difíciles de resolver, pero el tiempo pone a todo el mundo en su sitio, y lo que está claro es, que el que se lleva la recompensa final es aquel que insiste sin desaliento, la persona constante, la que le pone el mayor empeño, esfuerzo y tesón.
No quiero rendirme, aún estoy a tiempo de alcanzar lo que deseo, de comenzar de nuevo, de aceptar mis sombras, de enterrar mis miedos, liberar el lastre y retomar el vuelo. No voy a rendirme porque la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr sin descanso, y destapar el cielo.