jueves, 9 de abril de 2020

VALORAR


                                                                               


          Como un tsunami, a la velocidad del rayo, ¡de un día para otro! Nos hemos visto inmersos en una situación que nunca hubiéramos imaginado, ni en las mejores películas se traman argumentos con tanta intriga, angustia y desesperación.

        Estamos acostumbrados a decir “la salud lo es todo”, “la salud es lo primero”, “la salud es lo más importante” … pero hasta que no te sacude una desgracia, una muerte cercana, familiar, parece que no va contigo, es como una frase hecha, como si fuese la teoría, pero esto es la práctica.

       En estos días se ha parado el mundo, da igual todo, lo único que importa es lo primordial: la salud, porque sin ella, no puede haber nada.

     Es increíble que haya tenido que venir un virus para hacernos recapacitar, para hacer un parón en nuestras ajetreadas vidas y empezar a darle valor a cosas que antes, quizás, no es que no la tuvieran, sino que dábamos por hecho que debíamos tenerlas. Era normal salir por las mañanas a trabajar, desayunar fuera, quedar con amigas para ir a tomarnos un café, ir de compras, salir a dar un paseo, ir a visitar a tus padres, amistades, ir al cine, al fútbol, tener planes futuros de presentarte a unas oposiciones, de eventos como bodas o comuniones… todo estaba ahí, al alcance de nuestras manos, y teníamos la posibilidad de hacer lo que quisiésemos en cualquier momento.

       Pero ahora no hay planes futuros, ninguno, solo importa el presente, el día a día. Levantarte cada mañana y antes de nada darle gracias a Dios por el nuevo día e intentar vivir tu vida solo con las cosas imprescindibles, sin ornamentos, sin vanidades, tal como eres, sola tú y las personas a las que más quieres. Lo demás es importante pero ya no imprescindible. 

       Gran lección de vida que nos ha dado un virus.


viernes, 28 de junio de 2019

Al otro lado

          Siempre he pensado que el año debería comenzar en septiembre, ya que es el mes en el que empiezas nuevos estudios, nuevas academias, nuevos proyectos, actividades... comparando "el año" con el curso escolar.
          Este "año", por lo tanto, lo termino con una satisfacción enorme, satisfecha por haber cumplido un sueño anhelado desde siempre.
          Empecé el "año" (curso) con el miedo que acecha a todo inexperto o inexperta en cualquier materia, miedo a lo desconocido, a la primera vez, miedo al fracaso, miedo a no "dar la talla", miedo a no saberme exlicar, a no hacerme entender, incluso miedo a pensar que mis alumnos pudieran saber más que yo...
          Sin embargo, llegué al IES San Isidoro, y me topé con gente que cambió mi concepción de la enseñanza, gente maravillosa que me ayudaron infinitamente, generosas, sin pedir nada a cambio que con un simple comentario, broma o mirada, sin ellas saberlo, me estaban tendiendo una mano.
          Poco a poco, me fui dando cuenta de que los conocimientos que yo tenía, y que creía olvidados, estaban ahí, y gracias a la lectura, y a pasar horas y horas formándome, pude llegar a sobrepasar ese límite y verme al "otro lado", al lado de la "profesora" y no de la "alumna". Llegar a creerme ese rol me ha costado mucho, incluso todavía no me lo llego a creer, y pensar que ahora estoy al "otro lado" es una utopía que dejó de serla, pues se ha hecho realidad.
          Día a día, semana a semana, mes a mes... he ido a trabajar sin pensar que fuese un trabajo, ya que iba a realizar lo que más me gusta, lo que siempre quiese hacer: enseñar y ayudar a aprender. Y el "año" ha pasado volando sin apenas darme cuenta, ahora llegan las vacaciones y por primera vez puedo decir que no las quiero, pues ir al instituto era una gran satisfacción cada mañana.
          Estoy feliz porque ya he roto el hielo y he sido capaz de superar esta nueva aventura, ahora solo queda esperar expectante y con muchísima ilusión mi nuevo destino para e nuevo curso, que será igual o peor, pero mejor, imposible.
         

miércoles, 11 de mayo de 2016

ESTE AÑO SERÁ DIFERENTE

     


     
     Me resulta muy difícil hablar de ti porque mis sentimientos abarcan más que las palabras. Es indescriptible narrar el vacío tan grande que nos has dejado porque dentro de tu prudencia, dentro de tu discreción, lo llenabas todo.
       Ha sido muy duro contemplar toda tu decadencia estos últimos años, observar cómo te ibas apagando como una velita. Pero tu bondad y tu grandeza como persona nunca decayeron porque aunque ya los últimos meses no eras “tu” siempre tenías una palabra cariñosa o una mirada amable.
      Me enorgullece haberte tenido de abuela, cuánta gente me ha hablado bien de ti, siempre ayudando a todo aquel que le hiciera falta.
       Amante de tu pueblo y de todas sus tradiciones y por supuesto de tu Virgen de Aguas Santas a la que amabas inmensamente. El calendario no tenía estaciones del año, todo giraba en torno al día de la Romería del Convento. Como tu decías: “Ea, ya van a estar aquí las navidades, y en cuanto pasen, ya llega la Semana Santa y después el Convento, ya va a estar aquí, ya no queda nada…
     Y llegaba ese día y eras inmensamente felíz. Desde que te levantabas a las cinco de la madrugada para preparar los termos de café y para organizar toda la comida que tenían que llevarse a la caseta… Estabas en todo.
       No te faltaba un detalle, llevabas semanas pensando el vestido que ibas a ponerte, y cada vez que íbamos a tu casa nos llevabas a tu habitación, nos abrías tu ropero y nos enseñabas el vestido que te habías comprado: “Mira qué bonito, ¿Te gusta? Es muy fresquito y muy cómodo. Y mira los zapatos que cómodos son…”
       Eras única abuela, lo que disfrutabas durante todo el día, y ese disfrute nos lo transmitías a todos. Ya nada será igual.
     Iremos al Convento pero ya nada será igual sin ti aunque tú estarás allí, de eso estoy segura. Estarás caminando delante de la carreta como siempre, con tu medalla y tus moñitas de la Virgen colgadas al cuello, estarás escuchando la misa como cada año, estarás en la caseta agradando a todo el mundo, cuidándonos a todos…
        Cuando terminaba el día decías: “Ea ya hasta el año que viene si Dios quiere”. Este año Dios no ha querido porque ha preferido que lo veas desde un palco especial en el Cielo. Allí vivirás tu Convento seguro, junto al abuelo Manolito al que tanto adorabas. Pero nosotros aquí te echaremos muchísimo de menos. Ya nada será igual...
        Te queremos mucho abuela!!!


jueves, 27 de agosto de 2015

Hay que decir "Te quiero"

Si supiera que ésta iba a ser la última vez que te viera salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso, y te llamaría de nuevo para darte más.

Si supiera que ésta iba a ser la última vez que iba a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez, indefinidamente.

Si supiera que éstos son los últimos minutos que iba a verte, te diría "te quiero", y no daría por hecho que lo sabes.
Sin embargo vivimos el día a día sin valorar lo que tenemos y a quienes tenemos a nuestro lado.

Hay días en los que ni siquiera nos miramos a la cara, hay días en que los problemas entorpecen una simple mirada de cariño que quisiéramos cruzarnos, haciendo de nuestra vida una cadeneta en la que se van engarzando días y más días, y semanas, y meses, y años... y que cuando te das cuenta vas perdiendo a gente a la que quieres y darías lo que fuera por volver atrás.
El amor, el cariño, el afecto,  hay que demostrarlo en el día a día, en las pequeñas cosas cotidianas.

No perdamos más tiempo, ¿Empezamos ahora mismo?

miércoles, 14 de agosto de 2013

Día vacío

                                        

Hoy es un día de esos en que ni fu  ni fa.

Esos días en los que te levantas por la mañana y tu cuerpo va deambulando de un lugar a otro por la casa sin saber dónde posarte.

Tu mente se retuerce, maquina, idea alguna actividad innovadora para ir llenando las horas que irán sucediéndose en este día vacío.

Hoy es un día perfecto para poder realizar esas tareas que siempre has querido hacer y nunca has hecho por falta de tiempo.

Hoy es el día idóneo para poder cocinar esa receta que siempre quisiste hacer.

Hoy es uno de esos días buenos para quedar a tomar algo con una amiga que hace tiempo que no ves.

Ponerte a ver fotos de hace años, ver una película, ordenar documentos, leer…

Hoy es un día vacío, para poder llenarlo con lo que te apetezca. He estado ojeando por la red, producto de dicha apatía y ya hay que estar aburrida para investigar por internet cosas absurdas, como por ejemplo cuál fue el día más aburrido del siglo XX.

Y ¿Sabéis cuál fue? Fue el 11 de abril de 1954, un día en que, según un algoritmo desarrollado por científicos de Cambridge, no ocurrió nada. Aquel domingo de mediados de la década de los 50 será recordado por un curioso merito: ser el más aburrido en 100 años. A esa conclusión llegaron los científicos de la Universidad de Cambridge que desarrollaron el algoritmo True Knowledge.

Es curioso, todos los días, aunque sea un día vacío se aprende algo nuevo, jeje.

Hoy es un día para no hacer nada, que también es preciso. No voy a quedar con nadie, no voy a ver ninguna película, no voy a hacer ninguna actividad sugerente, voy a comer patatas fritas con huevos… eso sí lo voy a plasmar aquí en el blog, ya que hace mucho tiempo que no escribía por no encontrar el momento, y hoy 14 de agosto de 2013 es el momento para esto y para lo que sea.

 

Alguien quiere algo???


 

 
 

martes, 23 de abril de 2013

¡Ya ha pasado un año!


          Hace mucho que no escribo en mi blog por falta de tiempo. Me siento inmersa en una vorágine de tareas, actividades con mis hijas, labores de hogar… que cuando me acuesto por la noche no descanso realmente. Podría decirse que descansa mi cuerpo, pero no mi mente, ya que empiezo a darle vueltas a la cabeza sobre lo que tengo que hacer al día siguiente, dejar sus ropitas preparadas, pensar las cosas que tengo que comprar, organizar el día para dejar a las niñas con los abuelos, con las titas, que no se me olvide nada…
          Así va pasando el tiempo, pasa un día, otro, transcurre una semana, un mes… y apenas me doy cuenta.
          Mi hija pequeña ya va a cumplir un año!!! Cómo pasa el tiempo. Es increíble, me paro a pensar en ella meses atrás y lo visualizo tan pero tan lejano!!! Es una pena que esos momentos en que tenía un mes, tres, cinco, nueve meses… no volverán nunca más. Ya los viví, ya pasaron, se esfumaron, que pena tan grande, no volveré a verla así tan chiquitita. La primera vez que probó la fruta, una galleta, sus primeros pasos… cosas que parecen insignificantes pero que con el paso del tiempo recobran mucha importancia.
          Hay que intentar vivir cada momento, cada instante a tope, aprovechando cada minuto, cada segundo como si fuese el último que vivieras.
          Cuando somos niños queremos ser mayores. Cuando tenemos 15 años queremos tener 18, pero cuando llegas a la mayoría de edad, quieres tener 25… y así sucesivamente hasta que llegas a los 30, que quieres volver a ser niña de nuevo, jajaja.
          Hay un cortometraje precioso de Ismael Curbelo titulado Las esperas que os invito a que lo veáis porque realmente merece la pena.  www.youtube.com/watch?v=mB4ItrJIdig
 
          Así que recordad amigos, cada minuto que pasa es único e irrepetible, aprovéchenlo, porque no volverá jamás. ¡Hasta pronto!!!
 

 

 
 

sábado, 29 de septiembre de 2012

El viaje continúa...


De nuevo se acerca el tren a mi puerta y he de subirme para continuar el camino de mi vida, me pregunto cuál será el destino final. De momento me subo para pararme una vez más en la estación de Zara.

Hoy día mucha gente daría lo que fuera por tener trabajo, sea cual sea, y yo que lo tengo, se me hace cuesta arriba, dada mis circunstancias, tener que dejar a las peques, organizarme con la casa… pero así es la vida.

En fin, lo que se dice siempre, lo importante es tener salud, y en estos momentos en los que vivimos, un trabajo, por lo tanto no me quejaré más, aunque por dentro esté temblando...

A solo dos días...