martes, 23 de abril de 2013

¡Ya ha pasado un año!


          Hace mucho que no escribo en mi blog por falta de tiempo. Me siento inmersa en una vorágine de tareas, actividades con mis hijas, labores de hogar… que cuando me acuesto por la noche no descanso realmente. Podría decirse que descansa mi cuerpo, pero no mi mente, ya que empiezo a darle vueltas a la cabeza sobre lo que tengo que hacer al día siguiente, dejar sus ropitas preparadas, pensar las cosas que tengo que comprar, organizar el día para dejar a las niñas con los abuelos, con las titas, que no se me olvide nada…
          Así va pasando el tiempo, pasa un día, otro, transcurre una semana, un mes… y apenas me doy cuenta.
          Mi hija pequeña ya va a cumplir un año!!! Cómo pasa el tiempo. Es increíble, me paro a pensar en ella meses atrás y lo visualizo tan pero tan lejano!!! Es una pena que esos momentos en que tenía un mes, tres, cinco, nueve meses… no volverán nunca más. Ya los viví, ya pasaron, se esfumaron, que pena tan grande, no volveré a verla así tan chiquitita. La primera vez que probó la fruta, una galleta, sus primeros pasos… cosas que parecen insignificantes pero que con el paso del tiempo recobran mucha importancia.
          Hay que intentar vivir cada momento, cada instante a tope, aprovechando cada minuto, cada segundo como si fuese el último que vivieras.
          Cuando somos niños queremos ser mayores. Cuando tenemos 15 años queremos tener 18, pero cuando llegas a la mayoría de edad, quieres tener 25… y así sucesivamente hasta que llegas a los 30, que quieres volver a ser niña de nuevo, jajaja.
          Hay un cortometraje precioso de Ismael Curbelo titulado Las esperas que os invito a que lo veáis porque realmente merece la pena.  www.youtube.com/watch?v=mB4ItrJIdig
 
          Así que recordad amigos, cada minuto que pasa es único e irrepetible, aprovéchenlo, porque no volverá jamás. ¡Hasta pronto!!!